Este es el segundo post de la serie El problema de la jubilación tiene solución que comienza con Trabajar “toda la vida” y termina con Los planes de pensiones de empleo.
Es famosa la leyenda del sabio hindú y del tablero de ajedrez. El sabio hindú pide como recompensa, por sus múltiples favores, que le paguen de la siguiente manera. El deudor debe ir poniendo un grano de trigo en la primera casilla del tablero de ajedrez e ir duplicando la cantidad hasta la casilla 64. No había granos de trigo suficientes en toda la Tierra para pagar al sabio. A continuación tenéis un simpático link sobre “matemáticas cercanas” que explica muy bien: La leyenda del tablero de ajedrez y los granos de trigo y ejemplifica estupendamente la magia del interés compuesto.
Lo interesante para nosotros de esta anécdota es que ilustra muy bien lo importante que es el interés compuesto para los inversores y lo difícil que es entenderlo y asimilarlo. Por eso, a la mayoría de nosotros se nos pasa la vida sin utilizarlo.
La magia del interés compuesto
Veamos un sencillo ejemplo de inversión. Imaginemos un joven de 25 años que en lugar de comprarse un “bonito” coche de 25.000 euros, decide comprarse, por 5.000 euros, un coche de segunda mano. Una “oportunidad” que le ofrece su hermano mayor, que va a cambiar de coche. Gracias a este ahorro, decide invertir los 20.000 euros a largo plazo, para cuando lo necesite en la vejez. Él estima que va a tener que trabajar muchos años (ha leído nuestro post anterior) y cree que necesitará el dinero cuando tenga unos 75 años. ¿Con cuánto dinero se encontrará a esa edad? La contestación, depende mucho de lo que se “atreva” a hacer con esos 20.000 euros:
- Si los invierte en un producto de renta fija con una rentabilidad esperada del 4% y con gastos totales del 1,5% (habituales en España), se encontrará con unos 70.000 euros .
- Si redujera los gastos totales del producto al 0,3% (algo muy dificil de encontrar hoy por hoy en España), la cifra mejoraría hasta 125.000 euros. ¡Casi el doble!
- Lo maravilloso ocurriría, si además de reducir los gastos al 0,3%, lo invirtiera en renta variable diversificada e indexada con una rentabilidad esperada del 9%. Entonces se encontraría con alrededor de un millón trescientos mil euros. ¡Es decir, sería millonario!
Reducir los gastos y comisiones de nuestra inversión es importante, pero es mucho más importante invertir en los productos adecuados.
La renta variable es la mejor aliada del interés compuesto
La situación en la práctica es incluso peor, ya que en términos reales de poder adquisitivo (al descontar la inflación) y después de impuestos (que se pagan sobre rentabilidades nominales), las rentabilidades son negativas en España. Es decir, que después de 75 años, se encontraría, “realmente”, con mucho menos de 20.000 euros. ¡Un desastre que explica, creo yo, por qué quizás al final la gente prefiere no ahorrar! Hay numerosos estudios y artículos de prensa en este sentido. Son especialmente interesantes los realizados por el Profesor Pablo Fernández del IESE:
Además, son muy interesantes los estudios del Profesor Jeremy Siegel, de The Wharton School, que demostró en su libro “Stocks for the Long Run” (que va por la quinta edición) que a largo plazo y después de la inflación, la renta variable tiene no solo más rentabilidad, sino menos riesgo que la renta fija (por el efecto de la inflación sobre la renta fija).
El miedo a la renta variable
Entonces, ¿porqué no invertimos en renta variable para el largo plazo? La respuesta está en nuestra psicología humana. La renta variable fluctúa mucho en el corto y medio plazo, aunque funciona fantásticamente en el largo plazo. La renta fija, sin embargo, nos da tranquilidad en el corto plazo, a pesar de que en el largo plazo se comporta mal, especialmente después de la inflación.
Por ello, los asesores y distribuidores financieros tienen dificultad para “atreverse “ a recomendar los porcentajes de renta variable que realmente serían adecuados. Además, es cierto que normalmente, la gente no está preparada para sufrir fluctuaciones del 25 o el 50% en sus ahorros, a los pocos años de invertir. El premio nobel de economía, William Sharpe, decía que habría que inventar las inversiones en Black Boxes. Invertir el dinero y no mirarlo hasta el final de la inversión, para no sufrir con las volatilidades del mercado.
Por ello desde OpSeeker, queremos ayudar a la gente a vencer estos problemas de la psicología humana. Por ejemplo, el post de hace un par de semanas – El problema de la jubilación tiene solución: trabajar “toda la vida” – al empoderarnos con nuestra capacidad para trabajar durante muchos años, hace que nos “atrevamos” con inversiones en renta variable, que van a fluctuar más en el corto plazo. Los conceptos que vamos a introducir de dinero ficticio, el Contrato Virtual de Expectativas y otras innovaciones irán en esta dirección.
Links de interés para trabajar la magia del interés compuesto
En cualquier caso, a continuación ponemos varios links de interesantes webs que abordan acertadamente este problema del adecuado porcentaje de renta variable en la inversión a largo plazo:
- Nationale Nederlanden en su blog seguros de tu a tu, nos propone la sencilla pero interesante regla del 120. Si a 120 le restas tu edad, ese es el porcentaje que debes tener en renta variable. Por ejemplo, alguien con 50 años, debería tener aproximadamente el 70% en renta variable.
- Vanguard, con sus interesantes calculadoras de ahorro para cuando estés retirado.
- Incluso, en el blog de donquijotedelabanca, ya en 2007 recomendábamos las carteras propuestas por el profesor Swensen de Yale.
Desde donquijotedelabanca, en próximos posts, seguiremos abordando el problema de la inversión a largo plazo, tratando de ayudar de forma simple y directa a conseguir el ideal de lograr una mejor salud financiera para todos los españoles.
Para leer el último post de la serie El problema de la jubilación tiene solución aquí –> Los planes de pensiones de empleo
Muchas gracias a todos 🙂 y no os olvidéis de comentar cualquier cosa que queráis!