Comisión por números rojos: el control de gastos

Oficina de Kutxabank comisión por números rojos
Kutxabank cadenar ser

Leía esta semana en la prensa, “ Kutxabank deberá eliminar la comisión por números rojos ” y esto me ha hecho reflexionar.

No sé exactamente cuáles son los motivos por los que la Audiencia Provincial de Álava ha ratificado una condena previa a Kutxabank, pero quiero aprovechar este hecho para compartir con vosotros mis reflexiones acerca de la comisión por números rojos.

En OpSeeker nos interesa tratar de mejorar la salud financiera de la gente. Os preguntaréis ¿en qué medida está relacionado esto con la comisión por números rojos?

Los números rojos se producen cuando alguien no tiene dinero suficiente en su cuenta corriente para pagar un recibo. Y aquí esta la clave: los recibos, que representan nuestros gastos. Como sabéis, en OpSeeker pensamos que el control de los gastos, intentando siempre gastar menos de lo que se ingresa, es el consejo número uno para lograr tener salud financiera. Ya lo explicamos en nuestro método en la landing page de OpSeeker

En mi opinión, el sistema automático de domiciliación de recibos que tenemos en España es la clave del desastre. Resulta que los españoles estamos acostumbrados a que nos lleguen todo tipo de recibos de forma inesperada a la cuenta corriente. Y nos parece normal. Para no tener problemas con los números rojos mantenemos los saldos elevados en cuenta corriente. Es decir, nuestro miedo a los números rojos y a las elevadas comisiones que nos va a cobrar el banco hace que mantengamos mucho líquido en la cuenta corriente.

Esta forma de operar genera dos graves problemas. Primero, que mantenemos altos saldos en cuenta corriente sin remuneración. Segundo, que no realizamos un buen control de gastos al ir siempre por detrás de los recibos.

En otros países, nadie puede retirar dinero de tu cuenta corriente sin tu autorización. Cuando quieres pagar por un servicio, como el teléfono, o el gas, tu primero recibes la factura y si crees que es correcta, la pagas, antiguamente con un cheque y hoy en día con un click en la página de banca electrónica de tu banco. Antes de pagar cada factura, te sientas tranquilamente, la revisas, llamas al proveedor si tienes alguna duda, confirmas que tienes saldo en cuenta corriente (si no lo tienes lo traspasas desde alguna cuenta de ahorro o de crédito) y después, al final, pagas las facturas que consideras que debes pagar. Vamos, que pagas a estas compañías de la misma manera que pagan ellos a sus proveedores.

El sistema automático de domiciliación de recibos es magnífico para las grandes compañías eléctricas, de gas, de telefonía y otras muchas, ya que pasan sus recibos a cobrar al banco y automáticamente reciben el dinero. Los bancos españoles, tradicionalmente han mantenido unas comisiones de números rojos muy elevadas. Esto resulta en elevados saldos en cuenta corriente sin remunerar, que lo hacen atractivo para el banco, pero no para el cliente que no ven ningún rendimiento en este dinero. La combinación de llegada de recibos a cobrar inesperados  y de la elevada comisión de números rojos, no dejaba otra alternativa al cliente habitual español.

El control de los gastos es fundamental para tener unos ciudadanos financieramente maduros. La domiciliación automática de recibos genera, en mi opinión, un descontrol total. Las grandes compañías cobran de forma muy cómoda y los bancos tienen buenas rentabilidades en cuentas corrientes por los altos saldos, pero creo que esto debería cambiar. La llegada de la banca electrónica puede facilitar que los ciudadanos paguen a sus proveedores autorizando cada recibo, con control, igual que lo hacen las grandes compañías con sus proveedores. Esto sería mucho más útil que todas estas aplicaciones nuevas que te informan por Internet con mensajes del tipo “…tiene 25 movimientos sin revisar…”. ¿No sería más correcto que los movimientos no se produjeran hasta que el cliente los autorizara? Aunque quizás seamos nosotros los que, como buenos Quijotes de la banca, confundamos gigantes con molinos.

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